Limoncello Siciliano

Aprendí a elaborar este licor en un pueblo remoto de Sicília, hace ya muchos años. Una mujer mayor, en un pequeño y destartalado bar, me sirvió la crema espesa, hecha de limón natural, sin tratar y con la única alquimia del sol.

La textura grumosa de este licor es devida a la desnaturalización de las proteinas de la leche que, irremediablemente se corta al entrar en contacto con el medio ácido y fuertemente alcohólico.

Personalmente me gusta esta textura espesa y grumosa, aunque también es posible filtrar el licor. De este modo obtendremos una crema más fina y limpia, con un aspecto más parecido al limoncello que podemos encontrar comercializado, pero con un sabor incomparable.

Para preparar aproximadamente 1 litro de limoncello de unos 25º necesitamos:

6/8 limones sin tratar
200cc de alcohol alimentario* de 96º
750 cc  de leche
300 gr de azúcar

Lavamos los limones y los pelamos con un pelador especial para separar la fina capa amarilla, donde están los aceites esenciales del cítrico, y evitando a la vez la parte blanca de la piel, que nos amargaría el licor.

Cubrimos las pieles de limón con el alcohol, en un recipiente de cristal hermético y lo dejamos al sol durante un mínimo de una semana.

Pasado este tiempo desechamos las pieles y reservamos el alcohol.
Preparamos un almíbar con la leche y el azúcar y lo llevamos a ebullición.
Mezclamos el alcohol con el almíbar de leche y embotellamos. Se sirve agitado y frío.

*Hay que asegurarse de que usamos alcohol alimentario. Su precio es bastante más elevado que el alcohol para curas, que incorpora un agente tóxico que limita su uso para este fin.