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lunes, 18 de octubre de 2010

Visionados de portfolios, ¿un negocio en auge?

Hace mucho tiempo que vengo observando con cierta desazón esta "moda" que se ha ido extendiendo de forma generalizada en el entorno fotográfico.
Los visionados de portafolios se publicitan como una importante oportunidad y apoyo a los fotógrafos. Desde el festival de Arles (Francia), fue pionero en esta práctica a finales de los 70, hoy,  muchos festivales importantes cuentan entre sus actividades con un visionado de portafolios.

Un visionado es, desde luego, una gran oportunidad para un fotógrafo. Mostrar el trabajo a alguien con criterio y, con un poco de suerte, con medios para dar visibilidad a la obra y ponerla en el mercado. Esta figura es el galerista, y una de sus funciones es, precisamente, visionar portafolios, pero no de forma altruista, sino en interés propio, de quien trabaja y promueve la obra de artistas como parte de su actividad profesional. Naturalmente también están los editores, quienes suelen preferir para sus publicaciones autores consolidados, por lo tanto no está claro que quieran buscar "nuevos valores" en los visionados.

Sin embargo, hay muchas personas que pueden ejercer de buenos visionadores, solo hace falta criterio, tiempo (el que requiera ver el trabajo) y honestidad para ofrecer un feedback útil a un autor que muestra su trabajo.

En los visionados que se organizan en muchos festivales la lista de visionadores suele ser atractiva, seria, y aunque no siempre se trata de personas que tienen capacidad para vehiculizar la obra, su opinión y consejo puede resultar útil para los participantes.
Sin embargo, he observado que se intenta atraer a los fotógrafos a estos visionados remarcando la oportunidad, ciertamente remota, de que un editor internacional o un galerista reputado reconozca el valor de la obra y le dé visibilidad. Una visibilidad que no siempre conlleva una contraprestación económica para el fotógrafo.

También, y en aras de la visibilidad, en diferentes sectores de la fotografía profesional es una práctica corriente "regalar" nuestro trabajo: editoriales de moda (ya hemos asumido que pocas revistas están dispuestas a pagar por ellos), portadas de libros (en entornos como Flickr las editoriales encuentran material barato, casi gratuito, para sus publicaciones), libros temáticos, donde la fotografía tiene un papel protagonista, pero que en muchas ocasiones se "cae" del presupuesto el dinero necesario para pagar a los fotógrafos estas fotografías (algo que seria inaceptable proponerle, por ejemplo, al impresor). Mientras exista un fotógrafo dispuesto a regalar sus fotos, habrá otro que no cobrará por hacer su trabajo

¿Hasta cuando seremos los fotógrafos los responsables de sostener la industria que gira entorno a la fotografía?

Los fotógrafos solemos mantener un equipo propio para desarrollar nuestro trabajo. Invertimos tiempo, esfuerzo y dinero en llevar adelante nuestro trabajo. A menudo producimos nuestras obras por el placer (y la necesidad) de compartirlas, organizamos exposiciones e incluso costeamos nuestras publicaciones.

La búsqueda de una oportunidad, o la necesidad de compartir el trabajo, ha abierto una nueva puerta a este sangrado, continuo e imparable, que vivimos los fotógrafos: los visionados de portafolios

Creo que los roles se han invertido de forma perversa, galeristas, editores y entendidos ejerciendo su función en un marco donde el fotógrafo debe satisfacer el coste del visionado para ser atendido (durante un tiempo acotado que no suele exceder los 20 minutos), para ser "descubierto". Algo que hace pocos años hubiese sido impensable. Cuando un autor llamaba a la puerta de un galerista para mostrar su obra y éste lo atendía, en interés de ambos.

Solemos acudir en masa a las exposiciones, un acto social y festivo donde estamos en familia, nos relacionamos y aprendemos. Hay mucho esfuerzo y mucho trabajo detrás de  unas imágenes colgadas en una pared, y es un momento solemne (al menos para mi lo es), para reflexionar y emocionarme (o no) ante lo que una exposición fotográfica me ofrece. Instituciones como CaixaForum, o la Obra Social de Caja Madrid, galerías privadas, escuelas, centros cívicos…. organizan periódicamente exposiciones fotográficas, algunas de grandísimo interés, y rara vez este enorme esfuerzo humano y económico repercute en el bolsillo del público asistente, y está bien que sea así. ¿Porqué entonces un fotógrafo debe pagar para mostrar su obra en un cara a cara, con gestores del mercado del arte y editores?
Sin embargo esto no quiere decir que los visionadores que participan en los visionados de portafolios se estén lucrando con esta práctica. A menudo las personas participan en estas propuestas  simplemente por compromiso o a cambio de magras contraprestaciones: una comida, viaje y alojamiento pagado (a veces ni siquiera eso).

Los fotógrafos no deberíamos continuar apostando por estos eventos como actos de apoyo al los fotógrafos, es más, creo que somos los fotógrafos los que tenemos el poder de acabar con este tipo de acciones, rompiendo nuestro aislamiento y ayudándonos, defendiendo nuestra condición de fotógrafos y nuestros derechos de forma colectiva y no individual y optimizando nuestros, cada vez más, escasos recursos.

Texto: Núria Gras

Tags: Visionados, fotografía, festival de fotografía, fotografía de autor, CaixaForum, CajaMadrid, exposiciones

5 comentarios:

  1. Buena reflexión, de la que uno no puede estar más de acuerdo. ¿Qué será lo siguiente, pagar por publicar?

    No se puede asumir que hay que publicar gratis, o por debajo del coste. Ni siquiera cuando uno está empezando.

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  2. Que el negosi es el negosi. Y que el que no corre, vuela.
    ...
    Cuando ese tema empezó hace siglos en Arles, había dos opciones:
    a/ Pedir cita y hacer cola para que vieran, tu cuidadísima carpeta de diseño, en los salones de un gran hotel, las enfundadas manos en guante blanco de la reinona de turno. Que se hartaba de decir paridas.
    Y b/, Pillarme a salto de mata en un callejón y sentarnos en la acera para repasar interminables cajas de papel Agfa repletas de estampitas, o frente a una cerveza en cualquier bareto de la villa.
    Muchos de los portfolios que publiqué en Nueva Lente, mientras la dirigí, procedieron de aquellos asaltos.

    No se pagaba su publicación porque era revista casi deficitaria, pero cada autor recibía nuestro respetuoso empujón, más 50 ejemplares y una suscripción anual.
    Sé que es feo mirar atrás, pero los alrededores huelen hoy a podrido.

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  3. Querido Jorge!
    Sabes que he revisado todos los números de Nueva Lente que han caído en mis manos (que son casi todos loS que se publicaron). He visto esos portfolios de los que hablas y también fotos en las que aparecías "cómodamente" sentado sobre los adoquines de una plaza de Arles haciendo tu trabajo. Cuando yo miro hacia atrás, a ese pasado que no viví, solo espero que el espíritu inconformista y crítico que sembraste en Nueva Lente regrese.
    BRAVO MAESTRO!

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  4. Yo creo que en el fondo pecáis un poco de victimistas e intentáis buscar culpables "externos". Si ampliáis un poco vuestro angulo de visión y hacéis una reflexión sensata y objetiva, ¿existe alguna profesión que no se queje del intrusismo? o de "regalar" trabajos? Qué está pasando en el mundo del diseño, la informática, las webs, la música en internet? La culpa no es de Flickr, ni de los que se inician, ni nada de eso. Creéis que hay alguien que no le guste vivir cómodamente de su trabajo en vez de sobrevivir? De todos los fotógrafos que acuñáis el discurso del "victimismo", cuantos tenéis una página web por la que hayáis pagado por todos los servicios a un precio de mercado razonable? Sin ir más lejos, este blog, cuanto ha costado? Blogger no es gratis? Creo que sencillamente los modelos de negocio cambian como todo en la vida y quien no acepte esta realidad y quiera vivir de la nostalgia, creo que sufrirá bastante.
    Un abrazo a todos y no os ofendáis, simplemente quería aportar un baño de realidad.

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  5. tienes razón aqui se queja todo dios...

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